Compartimos el siguiente artículo publicado hoy, 12 de marzo de 2013, en el periódico El Nuevo Día.
http://www.elnuevodia.com/sequedancortaslasturbinas-1466913.html
El Frente de Rescate Agrícola siempre denunció la errada ubicación de este proyecto, no sólo por la destrucción irreversible de cientos de cuerdas del terreno agrícola más fertil de Puerto Rico y del mundo, sino por la reducción de miles de empleos directos e indirectos asociados con la producción agrícola del Municipio, el impacto adverso en las comunidades aledañas al proyecto por el científicamente estudiado wind-turbine syndrome, el aumento de la inseguridad alimentaria para Puerto Rico por la pérdida del escaso inventario de suelo agrícola que nos queda, entre otros. Ahora, este artículo publicado hoy confirma cada una de nuestras denuncias.
Mientras tanto, como parte de las múltiples denuncias realizadas sobre este proyecto de turbinas eólicas, varios compañeros del Frente de Rescate Agrícola se manifestaron pacíficamente, ejerciendo su derecho constitucional a la libre expresión. Durante la manifestación pacífica, el 11 de diciembre de 2011, seis compañeros fueron arrestados y actualmente están en espera de juicio en el Tribunal de Ponce por alegadamente, según el Ministerio Público, violar el artículo 200 del Código Penal de Puerto Rico (ley tito kayak). Sabemos, que el artículo 200 es totalmente inconstitucional por criminalizar el ejercio de derechos constitucionales. Nos sentimos honrados y honradas de tener compañeros comprometidos con nuestro patrimonio agrícola y la seguridad alimentaria de las presentes y futuras generaciones. Le agradecemos su gesta en denunciar las injusticias del proyecto de turbinas que se confirma siempre fue y es un error.
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Se quedan cortas las turbinas
No producen la energía prometida
El parque eólico Finca de Viento Santa Isabel ubica en los terrenos agrícolas más fértiles de Puerto Rico.
Por Gerardo E. Alvarado León / galvarado@elnuevodia.com
Aunque llevan tres meses “conectados” a la red de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), los 44 aerogeneradores que conforman el proyecto Finca de Viento Santa Isabel no están aportando al sistema los 75 megavatios de “energía limpia” prometidos.
Las enormes turbinas, que capturan la vista de los miles de conductores que a diario transitan por el tramo sur de la autopista Luis A. Ferré (PR-52), tampoco sirven a los 63,500 clientes que originalmente se dijo, y su costo de producción no es de 12.5 centavos por kilovatio-hora (kWh).
Mapas, documentos de la transición gubernamental y hasta el propio director ejecutivo de la AEE, Juan F. Alicea Flores, confirman estos hechos, que son negados por la empresa Pattern Energy, dueña del parque eólico.
A fin de que los proyectos de energía eólica fueran ubicados adecuadamente, el Departamento federal de Energía categorizó la calidad del viento en la Isla. La agencia federal elaboró un mapa y tipificó la calidad del viento –por áreas geográficas– usando una escala numérica del uno al cinco. En esa escala, el número uno corresponde a los vientos de pobre calidad y el cinco, a los de excelente calidad.
Como bien puede observarse en el mapa, los vientos en el municipio de Santa Isabel son de pobre calidad, ya que su velocidad no excede las 13.2 millas por hora (mph).
Funcionarios de Pattern Energy, no obstante, han dicho que sus aerogeneradores pueden operar con vientos de cinco o seis mph y que su “funcionamiento óptimo” es con vientos de unas 12 mph.
“El viento que sopla en esa zona de la costa sur nos da la estabilidad para producir energía de manera viable. Las horas en que el viento es más fuerte coinciden con las horas pico de energía en la Isla, así que podemos ayudar al sistema de la AEE en los momentos que se necesita esa energía. Hasta el momento, la calidad del viento cumple y supera las expectativas que se tenían”, expresó Collie Powell, gerente de Finca de Viento Santa Isabel.
Pero la historia que cuenta el director ejecutivo de la AEE es otra.
“Es importante que la gente entienda que este tipo de proyecto (eólico) tiene una capacidad efectiva relativamente baja. En promedio, los proyectos de energía eólica operan a un 20% o 25% de su capacidad máxima”, sostuvo Alicea Flores. Dicho en otras palabras, este proyecto diseñado para aportar 75 megavatios al sistema eléctrico en realidad suplirá unos 19 megavatios al día.
VARIAS CONTRADICCIONES
En una presentación dada a la prensa local en octubre pasado, la entonces gerencia de la AEE –Josué Colón y José Ortiz– aseveró que Finca de Viento Santa Isabel generaría 95 megavatios, en horario de 11:00 a.m. a 5:00 p.m., entre los meses de febrero a agosto, o sea, actualmente.
En esa misma presentación, Colón y Ortiz informaron que la cantidad de clientes a servir con el parque eólico ascendía a 63,500. Sin embargo, un documento provisto por la AEE durante las vistas de transición gubernamental da cuenta de que los clientes a servir en realidad son 53,500.
Powell, entretanto, precisó que los 75 megavatios que el parque eólico está supuesto a generar equivalen al consumo de 25,000 hogares.
En la presentación también se dijo que el costo por kWh producido en Finca de Viento Santa Isabel sería de 12.5 centavos. Empero, Alicea Flores aclaró que la AEE paga 15 centavos por cada kWh salido del parque eólico. El costo por las unidades generatrices de la AEE fluctúa entre 13 y 20 centavos.
Cuestionado al respecto, Alicea Flores explicó que la diferencia de 2.5 centavos equivale a los “créditos de energía renovable”. Por ley, la AEE está obligada a pagar por esos “créditos”, ya que “no tiene forma” de producir por sí sola la energía que está comprando.
“Yo no soy anti energía renovable. Sin embargo, Puerto Rico no tiene ningún sitio excelente en (calidad de) viento. En ningún sitio es excelente. Por eso, le estoy pidiendo un informe a Pattern Energy para saber cuánto ha sido el promedio que ha generado (el proyecto) desde que está en operación. Tengo curiosidad”, dijo Alicea Flores.
“Si me dijeras que los 75 megavatios son de forma continua, eso es bueno. Pero no es bueno tener 75 megavatios ahora, luego 15 y luego 30. Eso me mantiene en una encrucijada porque tengo que seguir (produciendo energía) quemando combustible en mis unidades. Tengo que seguir quemando combustible para poder responder cuando la energía renovable no esté”, agregó el funcionario. Por su parte, el portavoz del Frente de Rescate Agrícola (FRA), Ian Pagán Roig, recalcó que la ubicación del proyecto siempre fue cuestionable.
“Se supone que el modelo de las turbinas se adapte a las condiciones del lugar de ubicación. El modelo de las turbinas de Santa Isabel es uno de los más grandes y nunca hubo certeza de que allí había buen viento. Los estudios (de calidad de viento) que hizo Pattern Energy nunca fueron públicos”, denunció Pagán Roig, quien fue uno de los seis arrestados el 15 de diciembre de 2011 mientras se manifestaban frente a una de las entradas del parque eólico.
De hecho, el juicio en su fondo contra los seis arrestados quedó ayer pospuesto para pasado mañana en el Tribunal de Ponce. A todos se les acusa por violar el Artículo 200 del nuevo Código Penal, popularmente conocido como la Ley Tito Kayak, que establece como delito grave de cuarto grado la obstrucción y paralización de obras de construcción.
IMPACTO AGRÍCOLA
Otro aspecto que desde el principio le jugó en contra al parque eólico fue el impacto que suponía su construcción, ya que está ubicado en una finca agrícola considerada una de las más fértiles del país y del mundo.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) planteó que solo el 11% de la tierra en el mundo es arable y, de esa cantidad, el 3% es suelo primordial. De acuerdo con el sociólogo rural Robinson Rodríguez –otro de los seis arrestados–, las tierras agrícolas de Santa Isabel son parte de ese 3% porque pueden sembrarse en múltiples épocas y su suelo es de excelente calidad por su humedad, acidez y temperatura.
“En esos terrenos agrícolas, que están entre los mejores del mundo, laboran 3,800 obreros, por lo que son una fuente importante de empleo. Pero Pattern Energy vino únicamente para capitalizar en la construcción. Obtuvo un contrato de más de $200 millones para venderle energía a la AEE por 20 años. Si las turbinas se pierden ahora, ya no importa… ya ellos generaron sus ganancias”, soltó Rodríguez.
En tono similar se expresó el agrónomo Javier González, quien denunció que la construcción de Finca de Viento Santa Isabel va en contra de la Ley 242-2008, que creaba el Corredor Agrícola del Sur. “Se supone que el corredor estuviera delimitado entre Arroyo y Sabana Grande a un año de la aprobación de la ley, pero la Junta de Planificación aún no ha hecho vistas públicas para concretarlo”, lamentó.
Powell, por su parte, afirmó que una vez finalizado el proceso de instalación de los 44 aerogeneradores se afectaron 21 cuerdas de terreno agrícola, es decir, el 0.5% del área estudiada para el proyecto (unas 3,700 cuerdas). Alegó que hay “nuevos agricultores” ocupando los terrenos disponibles en el proyecto.